El que busca encuentra

El que busca encuentra, lo conseguiste inmunda, me celabas, me perseguías, lograste que mi sombra se molestara, tuviste lo que no querías pero al mismo tiempo lo que con tus dóciles manos construiste. Me asfixias tanto! ¿Qué diferencia hay entre lo que tú haces y lo que yo estoy a punto de practicar?
Me enamore de tu fidelidad hacia a mí, que se transformo en fe religiosa, acoso nada flexible, te idiotice y eso se volvió mi más grande tortura.
No, no me mires así estoy decidido
Lo que pudiste hacer y dejaste para después no vale para mi ¿Qué tuviste las mejores intenciones? No lo dudo, pero te falto darte cuenta de lo que yo estaba sintiendo, ¿Si me amabas porque tu egoísmo y tu aberrante hipocresía me acechaban?
Ocasionalmente tengo esa sensación de tus dedos de pianista recorriendo mis muslos.
Por más insistente que seas ya no podrás conmigo, tú bien sabes que nunca me arrepiento.
Para de ridiculizarte, pensé que tenías más clase y buen gusto.
Jaja ¿Qué yo te di motivos para dudar? Yo creo que tus demonios mentales te tendieron una trampa.
No te preocupes me dolerá mas a mí que a ti, pero acabaremos con el rencor.
El miedo desde hace tiempo ya no es mi inquilino, Finges sufrir una apoplejía, pero ya no te creo nada, no eres tan indefensa como crees, puedes matar con la lengua.
Esas franjas que obstruyen tu visión se van degradando poco a poco, ¿Lo notas?
Lo que para ti es un sacrilegio para mi es el pase directo del purgatorio al cielo. Ya quiero sentir la dicha de tus gritos embriagándome de placer. Estoy ansioso y te estremeces, tranquila no hay nada que temer.
Seguro puedes percibir ese olor nada delicado, escuchas cada gota y ya sientes el ardor en tu piel color avellana.
Igual que un juego pueril enciendo cuidadoso este fosforo y arranco con prisa.